Del Caliche al Cemento
El legado de la tradición chilena con respecto a los medios comunitarios es vasta y bastante fructífera. A fines del siglo XIX desde las asociaciones mutuales emergen las primeras iniciativas mediáticas que pretenden sociabilizar el discurso que articula al naciente movimiento obrero. Raíz de esto, las combinaciones mancomunales y sociedades de resistencia a inicios del siglo XX, logran estabilizar órganos de prensa propios. A través de las federaciones nacionales y el fortalecimiento de los sindicatos, esta nueva prensa sin fines de lucro fue tomándose el profundo desierto, los puertos, las industrias, hasta llegar a las ciudades grandes.
Ya en 1940, debido al auge de la actividad partidista, la prensa obrera es reemplazada por las publicaciones de los órganos oficiales (PC, PS, PRSD). En la década siguiente la autodeterminación informativa de parte de las organizaciones de base, perdió influencia debido a la emergencia de la radio (irrupción de la cultura de masas) y de la prensa masiva comercial de consumo popular. En los años sesenta, el gobierno impulsa nuevas iniciativas, incorporando a los campesinos y pobladores. Dicho fenómeno se multiplica durante el gobierno de la UP. La CUT, por ejemplo, levantó la radio Luís Emilio Recabarren; El Gobierno financió la Editorial Quimantú, etc. Pese al claro incentivo por parte de la administración de turno muchas veces se centralizó demasiado el contenido, dejando en un segundo plano las necesidades de administrar un ideario propio independiente si formara parte de algún partido o programa.
Luego del Golpe de Estado, la prensa popular revive tímidamente alrededor de 1978. Pese a la evidente censura de parte de los órganos oficiales y al desfavorable panorama político, la comunicación popular recupera mucho de los rasgos sociales que la caracterizaron hasta los años treinta. Durante la dictadura se desarrolló prensa popular en variados sectores: sindical-laboral, estudiantil-universitario, pobladores, feministas, DD.HH., agrupaciones culturales, etc. Posteriormente se organiza el Frente de Prensa Popular (1984). Los profesionales de la información fueron los principales promotores de la comunicación alternativa (Revista Mensaje, Radio Chilena, Hoy, APSI, Análisis, Cauce, Radio Cooperativa, diario La Época, Fortín Mapocho).
Al finalizar el régimen, este nuevo nicho de participación social ve mermada sus posibilidades de mantener ese gran vigor y ritmo del cual se jactaba. Si bien el discurso que articula a la nueva sociedad se basa en un remedo de “destape liberal”, el proceso de ensanchamiento comunicacional se vive sólo de parte de la oferta informativa comercial. El Estado abre las concesiones de las señales televisivas a privados y en prensa se comienza a gestar el duopolio de COPESA Y El Mercurio SAP.
En cuanto a la prensa denominada como “alternativa”, solo sobreviven aquellos medios que se proscriben a algún órgano partidista (El Siglo y Punto Final, Radio Nuevo mundo, Revista Pluma y Pincel, Página Abierta) La oferta se expande, pero la demanda no es igual.
Se acabó la paciencia
Es en este escenario que el desarrollo de la comunicación local y la identidad barrial resurge como discurso articulador de iniciativas. Las demandas desde la comunicación popular han sido: incentivar la participación; hacer de la circulación de la información herramienta de participación. El mayor acceso a los medios técnicos y la sociabilización del conocimiento a través de las redes de vínculos, ha orientado el trabajo de la comunicación popular al levantamiento de pasquines, periódicos, radios y canales de televisión administrados por agrupaciones culturales, colectivos territoriales o juntas de vecinos que pretenden apropiarse de la significación que hacen de su propio mundo.
El desarrollo endógeno desde los territorios es el rumbo que hoy desean potenciar las organizaciones a cargo de los medios comunitarios (no desde las instituciones). Esto es, desde los espacios estables de interacción social donde se construye comunidad a través de la comunión y la conveniencia mutua. Debemos abordar este proceso no como la reacción que el barrio tiene ante una hegemonía sino como superación de la etapa contemplativa y el viraje hacia la etapa de la acción directa (Autodeterminación).
Por Juan Pablo Rioseco (La Foca Producciones, Peñalolen TV)
1 comentario:
SALUDOS COMPAÑEROS ES UN GRAN APORTE PARA LEVANTAR LOS MEDIOS DE COMUNICACION ALTERNATIVOS , COMUNITARIOS Y POPULARES.
UN ABRAZO FRATERNO
CANAL 8 PEÑALOLEN
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